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lunes, 2 de noviembre de 2009

Ruta Gastronómica 02/11

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Autor PepeManu

Bromas aparte la ruta de hoy, bien conocida de todos nosotros, subida a URCAMUSA de La Muela por María de Huerva, se ha hecho especialmente penosa porque el viento - de riguroso frente - y de una fuerza considerable se empeñaba en que nosotros no almorzásemos allí arriba; si hubiera sido a picar cepas no digo yo que no nos hubiéramos dado la vuelta pero tratándose de almorzar los de ZGZbtt tenemos más fuerza que la maroma de un buque.
Pelillos a la mar y he te aquí que ya estamos en el alto de La Muela, con todos sus aerogeneradores en pleno rendimiento y comprendereris que con esta adversa meteorología no era cuestión de tomar unas barritas y unos geles a la intemperie, pa coger frío. Así que nos hemos dirigido al bar de las piscinas de la urbanización, lugar nuevo para todos nosotros.

El primer detalle, positivo, del dueño ha sido salir del establecimiento para que recogiéramos nuestras bicis en su almacén, cerrado con candado, "porque así no estaríamos intranquilos en el almuerzo" por nuestras máquinas. El segundo detalle, también positivo, ha sido aposentarnos en una especie de tranquilo rincón acristalado, separado del resto del bar, muy confortable y con una bancada detrás de las mesas en las que dejar los cascos, la ropa y las mochilas. A la vez que, sin pedirlo, la camarea nos ha dejado en las mesas vino y gaseosa.
El vino muy correcto nos ha indicado el dueño que era de la Rioja, de Aldeanueva de Ebro (el pueblo de las tres mentiras) y la verdad es que eleva considerablemente el nivel de lo que normalmente se sirve en otros almorzaderos. El pan es otro de los detalles que suelo comentar y en este caso ha sido ciertamente elogiable: pan tierno tipo chapata pero de pueblo, muy rico (la prueba es que nos han repuesto varias cestas).

En cuanto a la comida propiamente dicha sólo un pero: los huevos fritos están cocinados muy poco y en un aceite demasiado frio, lo que provoca esa especie de "moco", con perdón, de la clara, que no ha sido del agrado de la mayoría. Para la espera, mientras nos servían a todos, la casa nos ha obsequiado con un plato de morro frito, mojado con ajolio, y unas aceitunas partidas extraordinarias. Además de los huevos fritos de rigor -con sus correspondientes acompañamientos de jamón, chorizo, longaniza, panceta,...- se ofertan platos como callos, bacalao,...

De postre nuestros carajillos, muy prontamente servidos, y nuestro orujito verde para engrasar la cadena. La propiedad nos ha invitado a una segunda ronda.

Todo esto se llama 8,00 euros per cápita lo que nos lleva a catalogarlo como un sitio MUY RECOMENDABLE, tando por la amabildad de la propiedad, que no llega a atosigar, como por el bonito y acogedor "minicomedor" acristalado; y solamente - cuando llegue el caso- si se piden huevos fritos advertir al cocinero que nos gustan más pasados.

Esto, y tres reventones de rueda de Josán, es todo lo que ha dado de sí esta bonita mañana de ciclismo otoñal por Zaragoza y sus alrededores.

P.D.: Hemos echado en falta a algunos excelentes amorzadores del grupo, es una pena.