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viernes, 5 de junio de 2009

Las Tres Picas 31-05-2009 By PP Manu

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Finalmente lo de las tres picas no quería decir "pico yo, picas tú, pica él" como el inventor de la jornada hizo creer para atraer al gran público a esta exigente ruta en btt. Más bien al final he creído que el título iba por lo de "se te pican a tí, se me pican a mí, en definitiva, se nos pican a todos" los casi 1.100 metros de desnivel del ala y los más de 100 kms realizados.
Creo que fuimos quince los beteteros que nos acercamos a las 7 de la mañana por el Camino de los Molinos para ver de qué iban las "Tres Picas" . Hacía una buena mañana y de momento no apretaba el calor; la verdad es
que nos respetó bastante durante toda la jornada, incluso en las horas centrales nos acompañó una brisilla que hizo más llevaderas las ascensiones.
La primera subida, al alto de San Esteban (repleto de rádares militares) es llevadera porque comienzas a ascender desde Villanueva aunque se llevaba un ritmo algo fuerte.
El grupo se disgregó en los dos últimos kms de ascensión cuando aquello ya parece un puerto en condiciones (con un mal firme) y lógicamente cada uno debemos llevar nuestro particular tran-tran. Qué pena de incendio el de agosto de 2008 porque ha dejado esta zona arrasada; arriba tomamos algo para reponer fuerzas, incluido un pan artesano horneado por Rita, muy rico y que nos dió fuerzas para afrontar las otras dos rampas de la jornada. Del alto de San Esteban, y bordeando las instalaciones militares, iniciamos una rápida bajada - también con mal suelo - que nos llevó a la carretera de Castejón y 100 metros más adelante y a la derecha cogimos el camino hacía el alto de Pilarotes. Joer qué alto está aquello, por fin llegamos y allí estaba un refugio en el que todos hubiéramos querido encontrar una nevera repleta de cervezas frescas, pero no, no había nada ,sólo alguna sombra de los pinos que rodeaban la casa y mucho mucho calor. Nos encontramos con tres beteteros en el alto que ya se volvían a Zaragoza desde allí. A nosotros nos quedaba otra ascensión a La Palomera para lo cual había que descender para arrancar desde lo más abajo y hacer la cosa lo más larga posible, para eso somos de Zgzbtt . Lo del ¡agua, agua! era un clamor entre los asistentes que ya veíamos cerca la fuente del Pozo Cantarero donde, a mitad de ascensión, podríamos beber agua fria y refrescar nuestros bodys serranos. Aquello nos daba alas para acelelar la ascensión sin pensar en guardar fuerzas; ya las cogeríamos en la fuente. Ya estamos en la fuente, en medio de una rampa de bigotes, a la derecha en un llano cubierto con una extraodinaria sombra de pinos altos, qué maravilla. Tururú... la fuente no manaba agua, pese a todo lo que ha llovido esta primavera e invierno. Como lo leeis, ni una gota. Ahora súbete de nuevo en la bici, en mitad de esa rampa de bigotes y sin rechistar; vamos pa echarse a llorar un buen rato, tirar la bici en un punto limpio y mandarla a tomar... Bueno "el fulbol es así" que le vamos a hacer. Por fín llegamos arriba del todo y tras crestear con unas vistas maravillosas de todo el pinar de Zuera (la parte no destruída por el incendio) llegamos a La Palomera donde , lógicamente, el Agente de Protección de la Naturaleza que, por las fechas, ya estaría allí apostado, nos ofrecería agua fresca. Tururú... era 31 de mayo y por lo visto todavía el forestal no tenía que estar en su mirador de La Palomera, así que ajo y agua y a esperar a Zaragoza la cerveza de rigor. Desde allí en bajada libre hasta el km 14 de la carretera Villanueva-Castejón y a coger el camino que bordea el polígono militar. En una curva, y como va como una loca, Rita tuvo una caída (aunque yo creo que alguién dió instrucciones a alguién de pararla como fuera porque iba en cabeza a más de 30 kms/hora). No pasó nada, unos militares que estaban por allí salieron a socorrerla y por poco tenemos que ser nosotros los que les diéramos algo a ellos para pasar la jornada (cómo ha empeorao esto del ejército, antes lo primero que se instalaba era la cantina). Por no tener no tenían ni agua, que les pedimos para limpiar las heridas de Rita. Bueno ya pararemos en Villanueva a rellenar los bidones en una fuente pública,, tururú... las fuentes en este pueblo se han cerrado. Hasta el bar habitual en el camino de los Molinos, tururú... este domingo estaba cerrado. Al final en un bar en San Juan de la Peña nos pudimos tomar la superextraordinaria-superfantástica-superrefrescante jarra de cerveza ; mi cuenta ya marcaba entonces 107 kilómetros realizados en la jornada. ¡QUE TONTERÍA!