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martes, 23 de junio de 2009

Cronica Quebrantahuesos 2009

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Sabado 20 de Junio

Por Juan Carlos Tibol:

El viernes por la tarde ya nos encontramos con un gran ambiente ciclista en la feria cuando fuimos a recoger el dorsal, allí ya me reuní con Fernando y ultimamos detalles para vernos al día siguiente y afrontar juntos esta gran aventura.
Por la mañana del sábado, después del madrugón, baje desde Castiello y desde la entrada de Jaca hasta Sabiñanigo llegue en caravana. Me llamó la atención, dentro de mi temor por tanta kilometrada pendiente, que había gente que iba desde Jaca montado en su bicicleta y pensaba que vaya narices le echaban. Aparque donde pude y me dirigí al punto de encuentro donde ya me esperaba José Angel que había podido aparcar muy cerca de la salida. Fernando tardó un poco más y como a las 7:20 ya estábamos esperando el cohete que anuncia el inicio de la prueba. Como no estábamos muy lejos de la salida, aproximadamente a los siete minutos pasábamos por la zona donde suena el chip y empieza a contar tu tiempo. Salida vertiginosa y antes de entrar en Sabiñanigo José Angel ya se había marchado y nos quedamos Fernando y yo juntos pensando que ya no lo íbamos a ver en todo el recorrido. El paso por Sabiñanigo es la primera sorpresa del día, la gente abarrota la calle principal y los gritos de ánimo me causaron gran emoción. El ritmo de carrera es vertiginoso y me acuerdo del consejo de Pepe Manu, ojo al principio “las prisas para los delincuentes y los malos toreros”. En la larga recta hasta Jaca nos pasaron cientos de ciclistas pero Fernando y yo, que nos habíamos propuesto reservarnos, seguíamos a nuestro ritmo que tampoco era tan malo ya que algunos se nos pegaban a rueda. Pasando Jaca empezó el viento de norte que duraría hasta Rioseta. Después de Canfranc encontramos a José Angel y seguimos los tres juntos hasta el primer avituallamiento en Candanchu. Cogimos algo de comer y seguimos el último kilómetro de ascensión al puerto de Somport con niebla que no desaparecería hasta el empalme de la carretera que viene del túnel del Somport. En lo alto del Puerto mucha gente en las cunetas con sus gritos de ánimo y bien abrigados porque hacía un frío tremendo. La bajada del puerto muy peligrosa porque al principio la carretera estaba muy mojada y la visibilidad era muy poca. Mucho frío en la bajada.
Me adelantó alguien del CC Santa Isabel. Después de entrar en calor y tras varios kilómetros llaneando bastante rápidos llegamos a Escot que es donde está el desvío hacía el mítico Marie Blanque. Nueve kilómetros de ascensión donde los cinco primeros son más llevaderos y los cuatro últimos interminables. Desde Escot hay carteles cada kilómetro donde indica cuantos quedan de ascensión y el porcentaje de desnivel del kilómetro en el que entras. En los cuatro últimos kilómetros la gente vamos con todo el desarrollo que llevamos y es de resaltar los largos ratos de silencio de todos y la cantidad de ciclistas que se bajan y van andando. Veo parado al organizador de la Transmonegrina de Sena y le saludo, luego lo volví a ver y me contó que iba con un amigo al que esperaba para hacerle fotos. Cerca de la cumbre otra vez gente animando que te hace afrontar los últimos 300 metros con la alegría de estar llegando al final de ese largo rato de sufrimiento. Nuevo avituallamiento donde me junto de nuevo con Fernando y José Angel. Bajada peligrosa y controlada ya que vemos varios accidentados que están siendo atendidos en la cuneta. Desde Bilherès hasta Laruns aproximadamente 10 kilómetros por carretera ancha y con coches circulando que hasta ahora no habíamos tenido. En Laruns nos hacen dar una vuelta sin pasar por el centro y después comenzamos el puerto del Portalet. Los primeros kilómetros muy llevaderos y Fernando poco a poco se va marchando, yo voy a mi ritmo y veo que voy perdiendo a José Angel y le voy esperando. Vamos llegando a la presa y parece que te vas a dar contra el muro de contención, que realmente se ve muy alto, pero en un par de curvas en Z se supera el desnivel y se llega a la altura de la presa donde hay un par de kilómetros de recuperación hasta llegar al avituallamiento. Nueva parada, busco a Fernando y no lo veo y al rato aparece José Angel, me encuentro también con un Monegrito que había salido con nosotros un martes de los que prepara Gino y le saludo. Después de reponer fuerzas y líquidos volvemos a la batalla para afrontar los últimos 15 kilómetros de ascensión. Me encuentro bastante bien y José Angel me dice que me ve fuerte pero que le aguarde, que no le aguardo nada. Tras un par de kilómetros que hago con José Angel otra vez se va quedando y decido continuar a mi ritmo ya que ir por debajo tampoco me hace ir muy cómodo. Continuamente me va pasando gente pero también voy pasando a otros.
Los últimos kilómetros son los más bonitos de puerto, desaparecen los árboles y solo se ven pastos verdes como el de los grandes puertos del Tour de Francia. Llevo bastante rato en compañía de una ciclista con la que entablo conversación y se muestra bastante preocupada por la subida a Hoz de Jaca, le digo que después de estar donde estamos lo de Hoz de Jaca lo subiremos aunque sea arrastras, que por lo que me han contado el que llega hasta la frontera prácticamente a hecho la QH. Mucha gente de nuevo animándonos y también muchos coches que provocan situaciones muy peligrosas. Incluso a alguien que iba al lado mió lo llegó a tirar al suelo un Citroen con matricula francesa, conducido por un hombre muy mayor que ni se dio cuenta que había tirado a un ciclista. Paso la frontera y descenso largísimo y peligroso de nuevo, ya que el carril por donde tenemos que bajar esta lleno de vehículos parados y tenemos que hacerlo por el de en medio. Nos desvían por el parking de Formigal donde hay otro avituallamiento. No paro y sigo mi descenso pensando incluso que podría llegar en tiempo de medalla de plata. Paso el túnel de Escarrilla, largo pero bien iluminado y al terminar desvió hacia la izquierda dirección Pueyo de Jaca, después de varios kilómetros con el embalse de Búbal a la derecha, hasta comenzar la ascensión a la última subida del día Hoz de Jaca. De nuevo con todo el desarrollo durante dos largos kilómetros con pendiente media del 10% hasta el mirador donde el piso pasa a ser de hormigón hasta el pueblo. En el pueblo busco a unos amigos que tienen allí una casa y no les veo, la plaza esta llena de gente ofreciendo agua, tomo un vaso que esta fresquita y sabe a gloria. Descenso peligroso de nuevo y en la segunda curva me llama la atención que han colocado varios colchones para amortiguar las caídas de los que salen de la trazada. Volvemos a la carrera general donde nos dan paso para encontrarnos con un repecho corto que hace que las piernas duelan de nuevo. Llegada a Biescas y con el viento a favor quedan los últimos kilómetros que afronto mejor de lo que podía esperar después de tantos kilómetros. Me pongo a rueda del primero que alcanzo, le doy un relevo, me vuelve a relevar y al poco me despego unos metros y me espera, me dice “perdona, no me había dado cuenta que te quedabas” continuo con él un par de kilómetros y alcanzamos un grupo de cinco del que van tirando dos de ellos pero en una rampa, nos quedamos uno de ellos y yo que seguimos con buen ritmo. Cerca del desvío a la carretera de Jaca me quedo solo y afronto los últimos kilómetros hasta la meta disfrutando de la alegría que me da el saber que ya la tengo cerca. Paso la meta con una gran emoción que llega a ser máxima cuando veo a mi esposa y mis hijas. Me paro con ellas, me dicen que Fernando ya había llegado y enseguida veo por la carretera a José Angel que entra en la meta cuatro minutos después. Saludos con todos, abrazos y enhorabuenas. Mientras voy hacia la ducha llamo a Miquelón y me cuenta que ya están en Zaragoza, en el Murray’s y que les ha ido muy bien. Después de la ducha, Jose Angel ya se marcha y voy a la carpa conde me tomo un plato de pasta y un par de cervezas con Fernando. Vamos a por el diploma y sorpresa, Fernando ha hecho plata.
En fin una gran fiesta de ciclismo que he disfrutado con dos grandes amigos a los que tengo que agradecer su compañía y sobre todo a José Angel que fue el que me lió con la bici de carretera. También tengo que dar gracias a mi esposa e hijas que han sufrido y aguantado estoicamente mis jornadas de entrenamiento. Como dicen por ahí, la Quebrantahuesos hay que hacerla al menos una vez y yo animo a cualquier aficionado a que lo intente, porque tiene una magia especial que por más que leamos y nos cuenten no podemos apreciar hasta que estas haciéndola.